Y de aquel episodio jamás se supo

/ sábado, 17 de septiembre de 2011 /
Al momento en el que regresó, él ya tenía una familia, no sé que pasó en Japón, probablemente jamás me vaya a enterar, solo se que pasé los 4 meses más largos de mi vida, para verlo a él regresar con una mujer de barriga crecida, las cosas estaban cambiando ligeramente, y a pesar de que yo no tenía muchos estudios, ni fuera lo más inteligente, me daba cuenta de aquello. Pasé la mayor parte del tiempo encerrado en algún lugar de mi habitación, esperando simplemente que Miyano recordara que yo estaba en aquella mansión.

Por supuesto, me encontró de nuevo, fue entonces cuando me dijo que las cosas no iban a ser como antes, no supe si decirle que ya me había dado cuenta de aquello o solamente quedarme callado, opté por la segunda opción y solo le miré, escuchando como, con paciencia, me explicaba que a partir de aquel día, tenía que ser él y la señora, y si, mi padre se apareció, él sería el nuevo mayordomo, y yo, el hijo de uno de los sirvientes. 

Aunque he de confesar que al principio odié encarnecidamente a aquella mujer, tiempo después, ella me dedicaba mucho tiempo a mí, pasaba bastante con ella, me enseñó a leer, y gracias a eso aprendí japonés, casi cuando iba a cumplir mis 8, ya lo hablaba casi por completo, y es que aquello no era difícil, tomando en cuenta que la escritura árabe puede llegar a ser igual de enredosa.

Pasé todo el tiempo con ella, todo el tiempo del embarazo, claro, Miyano también, estaba emocionado de tener un niño, como todo, sin embargo, las cosas que eran buenas para nosotros, no eran tan buenas para los demás, y una noche sin más, atacaron la mansión, y golpearon a Hanako.

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