Los días posteriores al primer encuentro nos pasamos cortejando a la dama, parecía bastante entretenida conmigo, y al cabo de una semana, ella ya se dedicaba a salir con Miyano, jamás podré descifrar si las veces que él sonreía lo hacía de verdad, solo se que ni antes ni después lo ví sonreír de aquella misma manera. El tiempo pasó y al cabo de 4 meses, él ya tenía un romance bastante "caliente" con aquella dama. La mansión servía de hotel y yo, simplemente me la pasaba comiendo sin hacer nada más en todo el día, galletas, dulces, lo que fuera era bueno, y claro, como era de esperarse de personas tan "chapadas a la antigua" tan pronto como se enteraron de aquel romance, vinieron por Miyano.
No se cuántas veces lo ví golpeado, ni cuantas veces jamás volvió a casa porque estaba en el hospital, pero aquellas cosas empezaron a hacer mella en mí, o algo parecido, comezaba a asustarme en las noches y me era imposible dejar de mojar la cama, hecho que, por supuesto, jamás pronuncié a nadie más.
Había cumplido yo mis 7 años, y el motivo de celebración de aquella vez, fue el que Hanako estuviese embarazada, ah si, por cierto, aquella mujer se llamaba Hanako Yamaguchi, hija del grupo más prominente de los yakuzas en Japón...
Y como todo caballero, Miyano fue a Japón para pedir la mano de aquella mujer, y yo, me quedé sólo en casa.
0 comentarios:
Publicar un comentario