Pasó mucho tiempo antes de que pudiesemos ver a Miyano de nuevo, yo tenía muchas ganas de llamarle, mi señora Hanako parecía que estaba mucho más animada, pero por desgracia, no sabía donde encontrarlo, así que esperé. Durante la estancia en la mansión, no estuvimos solos, por mera obra del destino, mi padre pasaba mucho tiempo con nosotros, con ambos, ahora entiendo que quizá aquello fue porque yo no me despegaba de mi señora Hanako, pero ¿Cómo saberlo? Cualquier cosa que el hiciese, en esos momentos, para mí era por mi beneficio, si he de ser sincero, creo que aún hoy, creo que todas las cosas que él hace, las hace por mi bien.
Pasaron unos meses, realmente no recuerdo cuánto fue el tiempo que él pasó fuera, solo se que la familia de Hanako estaba al pendiente de ella, lo que correspondía a que fuera a cada cierto momento a la casa y los conociera mejor, terminé por tomarles cariño a ellos también, al punto de llamarlos abuelo. Para entonces, aquella familia le había tomado cariño también a Miyano, de pronto terminaron apoyando todo lo que él hacía, y sin más, me enteré que había encontrado a quienes asaltaron la casa y los mató.
Regresó, y pareciera que todo lo que iba a suceder dentro de la familia estaría perfecto, pero no fue así; Miyano fue recibido con bambalinas, eso sí, el problema vino mucho tiempo después, ya que, a pesar de que Hanako quería otro hijo, rehusaba a que Miyano la tocara, y aquello no le gustaba a él.
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