Por el tiempo en el que la familia pasaba por los problemas maritales, yo me dediqué a dejar a Kaien ajeno a todo aquello, él se la pasaba aferrado a mí, dormíamos juntos, nos bañábamos juntos, hacíamos prácticamente todo juntos, al grado en que el uno no podía comer si no estaba el otro; no era algo que me molestara, hasta esos momentos estaba probando el amor de hermanos que nunca pude gozar con mi propia familia, por rumores y cuentos del pasillo se comentaba que la persona con la que Hanako se encontraba era un hombre considerablemente más joven que ella (un escándalo siendo dos o tres años de diferencia a lo mucho); los nombres eran variados, producto de aquellos rumores de los que solo se saben contadas cosas, algunos decían que el hombre era un sirviente, otros que era un conocido de Japón, algunos más que era alguien que estaba, quien quiera que fuese la persona, cualquier supuesto fue muerto en un lapso de menos de una semana, a manos directamente de Miyano.
Cabe mencionar que en algún punto de la historia las cosas llegaron a aclararse, el verdadero nombre de la persona llegó a oídos de Miyano, dando comienzo al infierno personal de Hanako.
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